NUESTRA MISION. Nuestra función y misión como iglesias es predicar la palabra de Dios entre los hombres y acoger a todas y cada una de las personas. Nosotros como iglesias no rechazamos o discriminamos a las personas como tales, sino que por el contrario estamos abiertos a recibir a todos los que quieren aprender de la Palabra de Dios y someterse a ella.
Predicamos el Evangelio con el fin de lograr el cambio de cada persona de acuerdo con la voluntad de Dios, para restaurar sus vidas, por medio de la gracia, de la misericordia y el perdón de Dios, en la persona de su Hijo Jesucristo.
Este acoger a cada persona, es el acoger que Dios hace por medio del Evangelio. El Evangelio se fundamenta en que Jesucristo murió por nuestros pecados y fue sepultado y resucitó al tercer día. La justicia de Dios demanda el castigo del pecador, pero Dios envió a su Hijo Jesucristo para pagar por nuestros pecados, con su muerte en la cruz.
La Biblia nos enseña que todos hemos pecado y somos objeto del juicio de Dios, pero también somos objetos de su amor para salvarnos por medio del arrepentimiento y la Fe en Nuestro Señor Jesucristo. Dios en su justicia ama al pecador, pero demanda la renuncia al pecado; el hombre no puede hacerlo por si mismo, a menos que sea a través del Evangelio, que es el poder de Dios para la salvación y la regeneración de toda persona.
En este contexto queremos hacer ciertas precisiones sobre el proyecto de ley de discriminación que está en proceso de ser votado en la Cámara del Senado de la República.
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